CONCLUSIÓN

Hemos llegado al final de nuestra visita virtual, espero que tras estas 12 paradas hayáis comprendido que la ciudad de A Coruña tiene mucho que contar detrás del granito de sus fachadas y el vidrio de sus galerías que tan bien quedan en nuestras fotos de Instagram. Esto puede resumirse muy bien con la cita de un libro que todos conocemos, El Principito de Antoine de Saint-Exupèry:

Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos

Otros lugares que os aconsejo visitar, tanto para conocer la ciudad y hacer turismo son: la Torre de Hércules y sus alrededores, el Milenium, la fuente de los surfistas, el monte de San Pedro, la Ventana al Atlántico situada en el Portiño (mi lugar favorito para ver la puesta de sol)… pero sobre todo os recomiendo que os perdáis un poco porque así es como realmente se conoce una ciudad, muchas gracias y hasta la próxima.

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PLAZA DE MARIA PITA

La plaza del ayuntamiento de la ciudad, que lleva por nombre el de la mujer que impulsó la victoria de la ciudad contra los ingleses a los cuales mencioné con anterioridad. Aunque no siempre ha tenido ese nombre, pues en sus inicios fue llamada Plaza del Derribo, debido a que se edificó en el lugar resultante a la demolición de las murallas y después Plaza del Capitán Alesón, quien fue Capitán General durante la Guerra de Independencia, la de los Cien Mil Hijos de San Luis y la primera guerra carlista. Se trata de una plaza singular debido a que no está completamente cerrada por sus cuatro costados, como acostumbra a suceder en la mayoría de las plazas mayores de España, si no que el lado del Palacio Municipal queda semiabierto. Sus 11.200 metros cuadrados, no fueron pavimentados hasta 1987, hace poco más de treinta años.En esta plaza destacan principalmente dos monumentos, el primero la estatua de María Pita que tenemos justo a nuestro lado; la heroína aparece representada levantando la pica. Bajo ella hay un mapa de la ciudad en aquel entonces y representaciones de distintas escenas de la contienda y a sus pies hay un pebetero que se apaga solo de tres de la mañana a siete de la mañana. Además, cabe decir que ella no fue la única mujer que ayudó a salvar la Coruña, pues junto a ella estuvo un grupo de mujeres entre las que destacó Inés de Ben, la otra cara de la moneda, ya que no tuvo la suerte de ser reconocida como heroína pese a haber ayudado en las reparaciones de la muralla y haber puesto a disposición de los soldados todas las existencias de pólvora y cuerda de su negocio; esta pobre mujer olvidada por la historia acabaría muriendo en la indigencia, enferma y sola.

Lo otro que más llama la atención es el Palacio Municipal, donde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad y que data de principios del siglo XX. Su creador Pedro Mariño lo creó con un estilo ecléctico y con huellas modernistas. En la fachada hay talladas cuatro estatuas de piedra blanca que representan las cuatro provincias gallegas A Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra. En la parte superior se puede ver el escudo de la ciudad flanqueado por dos matronas que para unos significa Paz e Industria y para otros Trabajo y Sabiduría, además de una leyenda con la siguiente inscripción:

muy noble y muy leal ciudad de La Coruña, cabeza, guarda y llave, fuerza y antemural del Reino de Galicia

En la Torre más alta se alberga el reloj y las campanas hechas de una aleación de bronce y estaño; pesan más de 1.600 kilos. En su interior se encuentra el Museo de los Relojes y la Galería de los alcaldes, un pasillo donde cada uno de los alcaldes de la ciudad tiene su retrato.

IGLESIA DE SAN JORGE

La fachada fue proyectada por Domingo de Andrade, autor de la Torre del Reloj de Santiago de Compostela, por lo que está claramente influenciada por el barroco compostelano, caracterizado por decoración con placas geométricas, cilindros y volutas. La iglesia de San Jorge tiene una historia compleja, ya que su construcción comenzó en 1693. Posteriormente, en 1766 se realiza su fachada exterior y hasta 1906 no se completa, pues faltaba la torre sur, que vemos a nuestra izquierda. La parroquia en sus inicios no se encontraba aquí, sino que estaba situada donde actualmente se encuentra el Teatro de Rosalía de Castro cerca de la Calle Real por la que pasamos antes. Comenzó siendo la iglesia del colegio de los jesuitas y más tarde la del convento de san Agustín hasta ahora. En su fachada podemos ver representado a San Jorge, flanqueado por Santa Lucía y Santa Margarita.


Lo más destacado y muchas veces desconocido de esta iglesia es que se trata de la primera en la cual se produjo un matrimonio LGTBI. Sus protagonistas fueron Marcela y Elisa, dos mujeres que, en 1901 momento en el cual las sufragistas de Europa estaban luchando por conseguir el voto femenino, decidieron casarse entre ellas para sorpresa de toda la ciudad. A día de hoy conocemos estos hechos gracias a periódicos de la época que lo relataban y que incluso incluían una fotografía, por lo que ambas mujeres debieron ser la comidilla de todos. Se enamoraron mientras eran maestras en Dumbría y organizaron la artimaña: Elisa decía que se iba a las Américas, mientras Marcela decía que se iba a casar con Mario un hermano de Elisa que volvía de Inglaterra (que no era más que Elisa caracterizada como un hombre). Por aquel momento, diferentes médicos llegaron a estudiar si se trataba o no de una mujer y el caso fue llevado a juicio, pero ellas ya se estaban escapando hacia Oporto en busca de una nueva vida, pero fueron encarceladas un breve tiempo; se rumorea que después de salir tuvieron una hija y emigraron a Buenos Aires donde se les pierde la pista. Basada en esta historia Isabel Coixet ha rodado una película en blanco y negro de la cual podemos disfrutar en Netflix y que nada más salir ya causó polémicas en países como Alemania pues intentaron eliminarla de un famoso festival de cine llamado Berlinale.

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Cartel Oficial de la Película Elisa y Marcela (NETFLIX)

PUERTA DE AIRES

Se trata de una de las puertas de la ciudad durante su época medieval de la muralla que protegía la ciudad entorno al siglo XIV. Es un lugar con vistas privilegiadas al Palacio Municipal que veremos en la última parada desde el cual se aprecia perfectamente la razón por la cual antes a la Cuidad Vieja o medieval, es decir, la que se encontraba dentro de las murallas y por la que acabamos de estar era denominada Ciudad Alta. Actualmente existe un ascensor que comunica ambas partes de la ciudad justo aquí al lado. 

Existen diferentes hipótesis acerca de la proveniencia del nombre de esta puerta. La forma más fácil de explicarlo sería diciendo que se llama Puerta de Aires porque hace mucho viento, pero no creo que sea históricamente acertado. Lo más probable es que sea porque aquí se situaba la casa o palacio de un señor feudal llamado Pedro Ares das Mariñas y que con el tiempo el nombre se haya ido degenerando.
Este lugar fue fundamental para la historia de la ciudad a finales del siglo XVI, en ese momento los ingleses también se encontraban en la ciudad, pero esta vez no para ayudarnos como en la Batalla de Elviña de la que hablamos en el Jardín de San Carlos, esta vez estaban contra nosotros. Los ingleses, dirigidos por Sir Francis Drake asediaron A Coruña como castigo por apoyar a la Armada Invencible (que en realidad no fue invencible) y la población coruñesa como respuesta se refugió tras los muros de la Ciudad Vieja.

Tras un largo tiempo de contienda, los ingleses ponen la artillería frente a Puerta de Aires y envían un tambor batiente para intimar la rendición; como respuesta un defensor dispara contra el tambor y lo derriba en tierra, ofensa que los ingleses entienden como una declaración formal de guerra. Así, abren fuego hasta que observan que en lo alto de la muralla hay un hombre ahorcado, era el autor de la muerte del tambor inglés, pues el capitán general había ordenado ajusticiar al autor de la muerte del tambor inglés siguiendo las normas del honor militar que entonces imperaba en toda guerra. Es, ante el inminente ataque inglés, cuando María Pita (heroína de la ciudad), adelantándose con una pica, derriba y mata al alférez inglés arrebatándole su bandera. A la vista de esta heroicidad, los ánimos abatidos de los coruñeses se transforman, lanzándose enardecidos sobre los enemigos que emprenden precipitadamente la huida.

Este fracaso le supone a Drake ser sometido en Inglaterra a un consejo de guerra para responder de las 1.500 bajas que había tenido en su expedición a La Coruña y ser separado del servicio durante cinco años. Murió dos años después de cumplir aquella rigurosa sentencia. Los ingleses, por su parte, nunca más volvieron a atacar la ciudad de La Coruña, ya que como dije anteriormente su siguiente visita fue para ayudarnos.

PLAZA DE SANTA BÁRBARA

Se trata en mi opinión de la plaza más acogedora de la ciudad, sensación que aumenta gracias a las acacias sobre todo en la época de primavera/verano cuando sus hojas están totalmente verdes.

En el centro de ella encontramos un cruceiro, una seña de identidad del paisaje gallego y de expresión de la devoción popular, suelen levantarse en cruces de caminos o cerca de iglesias y cementerios, y se dice que se construyen para pedir perdón por los pecados. En Galicia existen alrededor de unos 12.000 así que debemos haber pecado mucho a lo largo de la historia; aunque también se dice que sirve para proteger a los viajeros . Puede que en este caso quien necesitase protección fuese el propio cruceiro, ya que su cruz de piedra fue robada y la que podemos ver ahora es de cemento.

 

En esta plaza se encuentra el convento de las monjas clarisas (versión femenina de los franciscanos) igual que el de los dominicos que está a su lado. Antes se encontraba extramuros, ya que en origen los conventos no podían estar dentro de la ciudad. Nace como un beaterio, es decir como una reunión de mujeres seglares, pero no monjas como tal, aunque con los años fue evolucionando y en el siglo XV ya se reconoce como convento, las religiosas tuvieron que abandonar el edificio a ir a visitar a sus hermanas las Capuchinas en varias ocasiones entre las que destaca la ocupación francesa y la desamortización de Mendizábal, estos desalojos forzosos provocan prejuicios en el inmueble. Finalmente, a principios del siglo XX dejan la Orden Tercera, cuya iglesia está al lado del Jardín de San Carlos en el que estuvimos antes frente al museo militar y pasan a la orden de Santa Clara.

¿Alguna vez habéis escuchado ese refrán de “solo te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena”? Como se puede ver en el relieve que encontramos tras pasar la puerta de entrada esta mártir es representada habitualmente sosteniendo una torre, y no se trata de la Torre de Hércules como mucha gente piensa, se trata de la torre en la cual se pasó la vida encerrada debido a la decisión de su padre. Mientras estaba allí dentro conoció la corriente cristiana gracias a un sacerdote que se hacía pasar por médico. La joven aprovechando que estaban haciendo obras en la torre pidió que por favor le añadiesen una ventana más a las dos que ya tenía. Cuando su padre le preguntó la razón y esta le contestó que era debido a la Santísima Trinidad decidió condenarla a muerte, pero como no le parecía suficiente fue el quien le cortó la cabeza. En el momento en el que eso sucedió un rayo lo fulminó, ese es el motivo por el que Santa Bárbara es patrona de los artilleros, bomberos, mineros y otras profesiones relacionadas con las explosiones.

En su interior también se encuentra el torno que permite comunicarse con las monjas de clausura, a las que es tradición llevar huevos como ofrenda para pedir que no llueva en algún evento especial, principalmente en bodas y o comprar dulces elaborados por ellas mismas

LA TETERÍA DE ISABEL

Esta no es un lugar turístico por excelencia en la ciudad, pero yo he decidido daros a conocer este sitio por dos motivos: el primero de ellos para recomendaros que si tenéis tiempo visitéis la tetería “La Kasbah”, que significa Alcazaba en árabe, es decir, una fortificación de origen bereber. Se trata de un local ya consolidado en la ciudad donde aparte de tomar té como su propio nombre indica puedes tomarte unos cocteles, jugar a juegos de mesa con tus amigos y disfrutar mientras haces lo que más caracteriza este lugar, la posibilidad de probar una de sus múltiples shishas (comúnmente conocidas como cachimbas); todo esto en un ambiente muy oriental y chillout gracias a su característica decoración.

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El segundo de ellos es el nombre de la calle en la que se encuentra, la calle Isabel López Gandalla, aunque realmente no sabemos el nombre exacto de esta mujer, pues en otros documentos aparece como Isabel Zendal Gómez u otros derivados de este. Participó en la Expedición Balmis también conocida como Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que zarpó del puerto de A Coruña en un navío llamado María Pita a principios del siglo XIX con el objetivo de transportar la vacuna de la viruela hasta las colonias americanas. Sin embargo, mucha gente desconoce que el trabajo más importante y de día a día fue llevado por Isabel. Esta mujer es considerada por la OMS como la primera enfermera de la historia, ya que pese a las trabas que le ponía la tripulación del barco pues daba mala suerte llevar a una mujer a bordo, su labor era la más importante: cuidar las veinticuatro horas al día de 22 niños sacados del hospicio de la ciudad en el que ella trabajaba, para que transportasen en sus pequeños brazos por parejas la vacuna durante un viaje de seis mil kilómetros por mar.

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A cerca de este hecho histórico existen varias novelas que narran los hechos, destacan a “Flor de Piel” de Javier Moro y “Ángeles custodios” que tiene su adaptación al cine con la colaboración de RTVE en 22 ángeles, con la gallega María Castro para interpretar el papel de Isabel.

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Cártel oficial de la película «22 ángeles» de RTVE

JARDÍN DE SAN CARLOS

El Jardín de San Carlos, considerado uno de los primeros jardines de la ciudad, aunque no siempre tuvo la misma utilidad: Inicialmente se construyó en el siglo XIV en el exterior de las murallas hasta que dos siglos después decidieron incorporarlo a ellas como podemos ver actualmente; parte de las piedras de sus torres fueron utilizadas para la construcción del Castillo de San Antón que le relevaría como principal bastión defensivo de la ciudad. Cabe destacar personajes que caminaron por este mismo lugar para zarpar desde “Las Puertas del Mar” como Carlos I de España y V de Alemania para ser coronado como emperador o por donde lo hizo también Felipe II para casarse con María Estuardo.
Esto era la Fortaleza Vieja o de la Pólvora, polvorín de la ciudad hasta que sufrió una gran explosión alrededor de 1650. Años después se convirtió en un jardín romántico como el que conocemos ahora, aunque su última remodelación data de 1834. Por último, en los años 50 se edificó el Archivo del Reino de Galicia en un edificio adjunto; donde se reciben, custodian y difunden fondos documentales de ámbito gallego y coruñés. Se escoge la ciudad de A Coruña por ser donde se encuentra la Real Audiencia, donde estuvimos antes, ya que antes este archivo se encontraba en el propio edificio.
Desde aquí llaman la atención del jardín principalmente dos cosas, su mirador, desde el cual se tiene una panorámica preciosa del puerto de la ciudad y en el centro una tumba. Esa tumba es la de Sir John Moore un general inglés que nos apoyó en la lucha contra los franceses en la Batalla de Elviña que tuvo lugar durante la Guerra de Independencia contra Napoleón. El general resultó mortalmente herido, aunque falleció en una casa del Cantón Grande cerca del Obelisco en el que ya estuvimos antes.
A ambos lados del mirador podemos ver lo importante que es la actividad portuaria para la ciudad, desde la actividad comercial, hasta la turística con el muelle de trasatlánticos pasando por la deportiva; encontramos dos lápidas con fragmentos de dos composiciones, una en inglés realizada por Charles Wolfe y otra en gallego escrita por Rosalía de Castro, ambas tratando el tema de la batalla de Elviña. Aunque estas no son las únicas placas para destacar del jardín, ya que al lado de la entrada encontramos otra con el discurso del Duque de Wellington el cual sustituyó a Sir John Moore en el que destacan las palabras: “Ciudadanos del mundo civilizado (…): dedicaos a imitar a los inimitables gallegos” (la proclama completa en el audio adjunto en ivoox) , a lo largo de la historia los gallegos no hemos sido bien tratados por el resto de españoles “Antes puto que gallego” como llegó a decir Quevedo, por lo que esta cita puede hacernos reflexionar acerca de lo poco que valoramos lo propio hasta que alguien extranjero nos dice que es bueno.
Finalmente cabe destacar que este Jardín en algunos momentos de su historia fue denominado Jardín Botánico, pues posee una variedad de especies autóctonas y exóticas entre los que relucen dos olmos centenarios.
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LA PRIMERA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN DE ESPAÑA ESTÁ EN A CORUÑA

Se trata de una de las plazas más importantes y antiguas de la ciudad. En su momento era llamada Plaza da Fariña; pero no de la que popularizó allá por los 60 el narcotraficante Sito Miñanco, esta era la plaza en la que se situaba la Feira Franca de A Coruña y que cada verano vuelve a hacerlo gracias a la feria medieval. Además, en algunos de los edificios de esta plaza llegó a albergarse la sede del ayuntamiento antes de que se crease el Palacio Municipal que hoy en día está en la Plaza de Maria Pita.
Cada una de las partes en las que podemos verla dividida recibiría un nombre diferente, la parte alta es la Plaza de Azcárraga en honor al ministro de la Guerra Marcelo de Azcárraga, quien decretó la restitución a la ciudad de la sede de la Capitanía General después de que esta pasase a estar situada en León durante tres años. La parte baja en la que nos encontramos nosotros se llama Plaza de la Constitución y fue la primera de toda España. Meses después de su promulgación el 19 de marzo de 1812, los coruñeses recibieron un ejemplar de la constitución conocida como “la pepa” debido a coincidir con el día de San José y para mostrar su apoyo a las ideas liberales el Ayuntamiento decidió cambiar el nombre de la plaza; la sugerencia fue bien aceptada por las Cortes de Cádiz y se decretó que a partir de entonces la plaza principal de los pueblos de toda España pasase a llamarse Plaza de la Constitución . Esta plaza en cuestión mantuvo este nombre desde sus inicios hasta la actualidad con la excepción del periodo dictatorial, tiempo en el que recibió el nombre de Plaza del General Franco.

El edificio de inspiración neoclásica francesa es el Palacio de la Capitanía General diseñado a mediados del siglo XVIII por orden del Rey Fernando VI para sustituir al antiguo edificio de madera situado en el mismo espacio 150 años antes. Para financiar las obras, se acordó crear un impuesto de un maravedí por cada azumbre (2 litros) de vino que se cosechase en Galicia. En aquellos años el Capitán General debía encargarse de responsabilidades tanto militares como de justicia, ese es el motivo por el que no hay una puerta principal sino dos, una para la Real Audiencia y otra para la Capitanía General. En el interior del edificio encontramos un patio que es el núcleo de la construcción y donde se encuentran una serie de estandartes en los cuales se puede ver la evolución del escudo de España desde la época de los Reyes Católicos hasta la actualidad. Además, a través de sus arcos es por donde se accede a las distintas dependencias del Palacio; entre ellas destacan: el pasillo de los espejos pues tiene una colección de pintura barroca cedida por el Museo del Prado y el Salón del Trono que es una réplica del que se encuentra en el Palacio Real de Madrid. El interior puede conocerse a través de visitas concertadas de menos de diez personas o los últimos viernes de cada mes tras el relevo solemne de guardia que tiene lugar a las 11 de la mañana.

Por último, me gustaría recomendaros la visita a la Iglesia de Santiago de la cual se ve su parte trasera desde la plaza: es junto con la Colegiata la más antigua de la ciudad porque como se encontraba dentro de la muralla no fue atacada por los ingleses. Además, destaca por ser donde comienza el camino inglés, que realizan aquellos que vienen en barco desde Inglaterra, Escocia e Irlanda 

LAS GALERÍAS DE LA MARINA

La Avenida de la Marina es la fachada más emblemática y conocida de la ciudad -sin contar con la Torre de Hércules- y gracias a la cual recibe el nombre de Cuidad de Cristal, pues en ella encontramos uno de los mayores conjuntos acristalados del mundo.
Existen diferentes teorías a cerca de los orígenes de las conocidas galerías: la influencia de la arquitectura victoriana de mediados del siglo XIX, la adaptación de los puentes de mando de los navíos y la transformación de las terrazas en solanas donde se secaba el pescado y se hacían otro tipo de actividades sociales. Las galerías en realidad son la parte trasera de las viviendas de pescadores que tienen su entrada por Riego de Agua o la Plaza de María Pita que veremos en un rato y eran, por decirlo de alguna manera, el aire acondicionado de la época: aprovechaban la luz y el calor solar gracias al efecto invernadero en los días de invierno, mientras que en verano servía como cámara aislante.
Las galerías no siempre fueron bien vistas e incluso las autoridades locales intentaron limitar su uso o incluso prohibirlas a través de diferentes normativas. Fue en 1865 cuando Juan de Ciórraga, arquitecto municipal, llevó a cabo un plan constructivo, unificando el estilo y creando un conjunto más armónico . Este diseñó un modelo de soportal que imita un paseo cubierto a orillas del mar, ya que entonces llegaba hasta dicho punto; algunos muros todavía conservan argollas para el amarre.

A lo largo de todo el conjunto destacan sobre todo dos edificios, comenzaré por el más alejado a nosotros, por el que pasaremos más adelante y que se encuentra en otra de las entradas hacia la Plaza de María Pita. Es conocido como Casa Rey y se trata de uno de los edificios modernistas más importantes de la ciudad. Se caracteriza por las cabezas de cariátides que realizan el papel de ménsulas para sostener los balcones de la primera planta, formas curvas y onduladas a lo largo de la fachada y la combinación de vidrio con hierro forjado de la fundición Wonemburger, de las más importantes de la ciudad y de la cual aún podemos ver el nombre en muchas de las alcantarillas de la zona.


El otro edificio es el que tenemos enfrente y se diferencia de los demás justo por lo que estáis pensando, sí, en el color; por este motivo es por lo que recibe el nombre de diente de oro, ya que mientras el resto de las fachadas tienen galerías de madera blanca, las cuales serían los dientes, este en cambio es de color amarillo y al amanecer brilla entre los demás como si fuese de oro. A día de hoy se encuentra la heladería Ibi, que junto con La Italiana y La Colón, se trata de una de las más conocidas de la ciudad, pero con una peculiaridad, a pesar de que la empresa se crease en 1962 esta se dedicó hasta 2017 únicamente a la venta ambulante hasta que la legislación cambió y tuvieron que adaptarse; se han modernizado introduciendo nuevos sabores pero siguen haciéndolos de manera tradicional, destaca además que es un buen sitio de reunión donde esquivar el frío en invierno y el calor en verano gracias a que tiene una zona con juegos de mesa para todos los públicos.

 

CALLE REAL

Se trata de una de las calles más transitadas de la ciudad gracias a sus numerosos escaparates y a sus establecimientos hosteleros, aunque en la actualidad se encuentra en decadencia debido al auge de las grandes plataformas y los centros comerciales; como respuesta muchos edificios están en proceso de restauración. Sabemos que es una de las calles más antiguas de A Coruña, incluso más que las de la zona denominada Ciudad Alta o Cuidad Vieja, ya que es una vía de creación romana como aseguran los hallazgos de necrópolis a ambos lados de la calle. A lo largo de la historia ha tenido muchos nombres como Acevedo o Capitán General, pero al acabar la Guerra Civil en 1939 vuelve a recuperar el nombre de Rúa Real.

En esta calle de aproximadamente 300 metros encontramos representado el arte en muchas de sus diferentes formas:
Sargadelos es un tipo de cerámica artesanal gallega muy fácil de reconocer gracias a sus formas geométricas o de escenas tradicionales en colores azul y blanco principalmente, como podéis ver en el escaparate que tenemos aquí al lado. En su momento se trataba de una Fábrica Real a principios del siglo XIX, años después de su cierre Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane recuperan este tipo de artesanía, procedente de la zona de Cervo en Lugo, como símbolo de la memoria colectiva del pueblo gallego.

Picasso, el famoso pintor, realizó su primera exposición artística en el número 20 de esta misma
calle, esto se debe a que pasó en la ciudad cinco años de su vida, de los 9 a los 13 años, mientras su padre era profesor del Eusebio da Guarda en la Plaza de Pontevedra frente al cual se encuentra una escultura de su característica paloma de la paz. Durante su etapa coruñesa llevó a cabo su obra “La muchacha de los pies descalzos” tan importante que hasta forma parte de un capítulo de “Los Simpson”.

Cine París: En su origen fue una tienda de moda, pero en 1908 se remodeló como cine, siendo uno de los primeros locales estables con programación íntegramente dedicada al cine de toda Galicia. Fue en 1999, siendo el más antiguo de España en funcionamiento cuando, a su cierre, el magnate Amancio Ortega propietario del Grupo Inditex y vecino de la ciudad decida comprar el edificio para convertirlo en uno de sus miles de Pull & Bear.

El hombre del piano: La canción original Piano Man de Billy Joel, adaptada al castellano por
Ana Belén, describe a la perfección a José Manuel Portela un pianista que en su mejor momento llegó a compartir escenario con artistas de renombre como Rosendo y que ahora se gana la vida tocando en esta misma calle un teclado eléctrico que recarga cada noche en uno de los bares de la zona, ya se ha convertido en un elemento característico de la Calle Real que debemos aprovechar mientras sea de carne y hueso.

Irmandades da Fala, una organización nacionalista gallega que desarrolló acciones tanto políticas como culturales y literarias para Galicia, tenía su sede en el número 36 de esta misma calle, donde pese a que en la actualidad se trate de una joyería, una placa recuerda que en ese mismo lugar Anxel Casal fundó en 1927 la Editorial Nós, la cual publicaría obras fundamentales para la literatura gallega, como la revista que lleva su mismo nombre.